Debido a su llamativo plumaje, el cardenalito es víctima de su propia belleza, capturas incontroladas y una exportación sin mesura, desde hace decadas, sobre todo hacia Europa, han echo que esta ave sufra una difícil situación, estando al borde de la extinción, pasando de una población estimada de 3 millones a los no más de 3000 ejemplares que se calculan a día de hoy. 

Se llega a decir que hay más pájaros de esta especie en jaula distribuidos por Europa, que en su Venezuela natal en libertad.

Su exportación es fundamentalmente debida a la aportación del factor rojo en el canario mediante la hibridación